Otro día

No he estado activo para nada por aquí. Aunque sé de igual manera que nadie lee esto, pero me gusta, me entretiene.
No ha habido problemas los últimos días, supongo que esa  es la razón por la cual me siento así, como una lata de chicharos sin chicharos. Así como también supongo que me acostumbre a vivir apresurado, con explicaciones en la punta de la lengua, listas para ser arrojadas en caso de ser necesario.






Ahora ya nadie pregunta nada. A nadie le interesa, eso es perfecto, pero le quita sabor a lo que sucede día con día.
Aléjate de los problemas me decían a cada rato. Está bien, ya lo hice, ¿Ahora qué?...


Existe una señorita que me robo la atención. Digo para mis adentros que necesitaba justo eso, alguna musa que me creara problemas en mi mismo, peleara con mis pensamientos y me dejará sin palabras, que me hiciera dudar de lo que digo, que me pusiera nervioso.

Vivir emocionado por verla o por el simple hecho de recordarla o hablar con ella. Me siento estúpido al hablarle, no porque tal vez ella no sienta lo mismo por mi, si no por que mis palabras se entrecortan, se atrofian, parezco un puberto enamorado de la niña que vive encerrada en ella misma.